Mientras eso sucedía me dibujo códigos como las formas de Arshile Gorky (Vosdanig Adoian) y formando parte de su tertulia aprendí que “Militante Rojo” es la historicidad, entre lo filosófico, prehispánico y la tradición en Simón Bolívar edificado en las metáforas del tiempo y la consagración al hecho social. Por esto el nuevo teatro debe tener las apreciaciones de este documentalista de las formas y los gritos y las esperanzas, raíces de sus viajes; Europa y la vida. Para devolverle a los gestos las simetrías del punto esencial del escenario nuevo.
En sus obras están los relatos habituales percibidos en las voluntades de sus ancestros y en el elemento monumental de su frase como dramaturgo. Es además pintor y narrador de gestos compuestos en lo sublime del sentimiento.
NESTOR MELANI OROZCO. Ha escrito para el teatro sus visiones de pintor, artista y maestro en su sentir se transportan los años y el tiempo histórico se convierte en un testimonio de la presencia que lleva formas y cantos, ritos y magias convertidas en la otra poética de su memoria…
Adriano González León
Caracas, Octubre 24 de 2006
NÉSTOR MELANI OROZCO es la confrontación de un reto a través
de sus ideales
bolivarianos. En su
obra Simón Bolívar esta presente en los destinos de una expresión
social. Donde vive las metáforas del pensamiento y su grito es la presencia del
pueblo convertido en una América sacrificada por los invasores.
Vinicio Romero Martínez
Cónsul de Venezuela en Puerto Rico
Pintor. Su obra tiene la connotación revolucionaria, idealizada en los
espacios de su andinidad, de sus viajes y de la ferviente esencia de nuestra
nación. Es sin duda un inquieto creador que cada día se enfrenta a la devoción
de las formas, de su sentir bolivariano y de la majestad de los colores en los
ritos sagrados de nuestra historia.
HUGO BAPTISTA
ATENAS-GRECIA
29 AÑOS ESCRIBIENDO
CADA DOMINGO SUS PROPUESTAS LITERARIAS Y ARTISTICAS.
Nestor Melani Orozco
42
años entre colores, historia, dramaturgia y letras…
Filosofo, historiador, pintor,
critico, dramaturgo.
Entre la Realidad de su Pintura y
la metáfora de los símbolos.
Maria del
Pilar Rodriguez
En el viejo café de Mérida, “La abadía” en la calle Lora, encontramos al
poeta del azul. Al mismo que describió Pedro Pablo Paredes, al amigo de
Guillermo Meneses, el pariente de Hugo Baptista, al que Adriano Gonzáles León
le dedico uno de sus artículos en la revista Imagen. Al muralista de las
búsquedas de un camino Latinoamericano con esta fuerza de las presencias del
arte realista y de los acordes de una propuesta social. Al escritor. Y
dramaturgo.
Hablamos de sus obras y de su
inmenso mural del palacio del pueblo en la ciudad de los caballeros.
De quien nos narró:
Había regresado de Europa, en aquel
año de 1985. Muy fresco. De treinta y un años de edad. Después de haber
compartido grandes experiencias en la vida del arte. Gracias a una beca que me
concedió el Ministerio de la Defensa.
Convivido la Escuela
Massana , La
Llotja , donde estudio Picasso, en Barcelona España. De haberme
recorrido los Museos mas importantes del mundo. Desde el Prado en Madrid, el
Louvre en Paris, La Galería
de Arte Nacional de Roma, el Nacional Museum de London. Y sin duda la Capilla Sixtina en el Vaticano.
Haber encontrado maravillosas experiencias con críticos, cronistas, artistas e
historiadores. Mas que eso la necesidad de encontrarme conmigo mismo. Retorne a
mi Ciudad de La Grita. Arcaica ,
vieja, nueva y con grandes retos. Su arquitectura mutilada, sus ideales en un
adormecido tiempo. En el Liceo Militar Jáuregui, me concedieron la
participación en Clases de Arte. De dibujo, escultura y Pintura. Me leí tantas
obras, tantos libros. Me sabía los secretos de Dostoisky en el Teatro, la Enciclopedia Sopena
con sus 26 tomos estaba en mí ser. Como también la lógica de Kran. Mas que a
mis 14 años de edad leí el “Hombre
Mediocre” de Jose Ingenieros y muchos libros consagrados a la evolución,
literatura española, latinoamericana, italiana, griega y nuestra. Desde
Gallegos, Uslar Pietri, Rumanzo González y la poesía universal.
Y en arte. Los clásicos europeos, el
arte de América, ese universo de las culturas.
Pepe Melani, mi padre me enseño a leer y a escribir, mi mama y mis tías que se dedicaron a enseñarme
secretos de mi Grita Vieja. Estudie en el colegio del Sagrado Corazón de Jesús.
En el Liceo Ángel Maria Duque, muy corto tiempo. En el Seminario Santo Tomas de
Aquino de Palmira. En la
Escuela de Bellas artes de San Cristóbal, en la Cristóbal Rojas de
Caracas y en La Lontja
de Barcelona España. Mis reflexiones partieron de la Obra de Giorgo Vasari, el
Primer historiador del Arte. Pero asentado en mi Ciudad Natal. Que todos llaman
pueblo. Y no lo es. Porque desde su fundación en 1576. El invasor llamado
Francisco de Cáceres la tituló: “Ciudad del Espíritu Santo de La Grita ”. Uno por la devoción
a la Santísima Trinidad
y el otro por la algarabía de los nativos Humogrias de la comarca de la niebla.
Entonces ya para 1968. Intercambiaba ideas con Raúl Salcedo, el Bachiller
Domingo Lupi. Como me escribía cartas con el Poeta Teodoro Gutiérrez Calderón,
muy anciano vivía en Bogotá. Habiendo encontrado ideas mágicas en el Dr. Y
amigo Aurelio Ferrero Tamayo. Y más que eso Con Don Rafael Maria Rosales.
Recuerdo, muy bien las polémicas asentadas con el Prof. Luís Mora. O los
idealistas mensajes que intercambiamos Ramón Elías Camacho y yo durante 18
largos años. Las experiencias en el Semanario “Impacto” de Carlos García, de
quien Macario Sandoval convirtió en una escuela periodística. Mi eterna amista
con Pepe Camargo, el insigne creador y músico. Los ideales en Pascual Mora, el
filósofo. Las afinidades a Hugo Colmenares, a José Gaudencio Zambrano, las
leyendas de Morelani. Mis lecturas y búsquedas y la otra realidad entre
el pintor, las clases de arte y la búsqueda de una iniciación con voluntades y
sentimientos.
Fue una necesidad entre el pintor y
la vida, entre mis escrituras y el pueblo. Esa necesidad de sentir mis anhelos
literarios. Más que mis fuentes de artista. Venia de encontrarme con el Premio
Internacional de Dibujo Joan Miro, en España. O de saberme en los relatos el
Teatro del maestro Ecuatoriano Alfredo García Dennis. Y mucho más de las
vivencias aprendidas en mi hogar cuando niño. A través de mis tías; maestras de
escuela que me invitaban a reflexionar sobre el mundo, historias, leyendas y
ejemplos. Sobre el Quijote, La
Biblia y Simón Bolívar, los clásicos, y el incontenible mundo
de la pintura. Esto a mi corta edad de mis 9 a los 14 años.
Pero un día escribí temas
relacionados con la tradición. Vino a nuestra presencia el Club Juvenil
Cuatricentenario. Que mas que eso; era una forma de amansar jóvenes por la
iglesia y hacerlos adeptos a los ideales de aquellos años. Yo me sentí más en
el credo de saber que Tanto Jesús de Nazareth, como el Libertador su pensamiento
era comunista, progresista y universal.
Comencé escribiendo pequeños
relatos. Muestras de la vida y de personajes. Ya en 1982. En La Vanguardia de Barcelona. Me habían publicado unos
apuntes sobre arte latinoamericano. En El Nacional de Caracas me publicaron reseñas. En el
“Socaire”. Y Mara Comerlatti, esposa del
Caricaturista Pedro León Zapata me
invitó a escribir en la Famosa Revista
“La Escena ”
sobre arte-teatro y plástica. Como los dibujos al diario Frontera. Las
Caricaturas al diario La Nación
de San Cristóbal.
Escribí sobre La Grita , en presencia del
Maestro Fidel Orozco. Aquel digno pedagogo. Como también lo hice en el recién
fundado Liceo Ángel Maria Duque por iniciativa del Desaparecido Profesor Pedro
Arístides Salas. En el Colegio Parroquial del Corazón de Jesús. En el Sagitario
de Cúcuta. El Diario Los Andes. El
Diario Católico y La Nación ,
de quien durante 24 largos años, he contado muchas historias, visiones
literarias, mitos, teatro. Narraciones que son la esencia de otra Grita. Como
una Crónica de la presencia del pueblo. Tengo en mi haber más de 20 libros.
Terminados. Un libro con 60 obras de Teatro. Y un trabajo de investigación
sobre La Pintura
en el Táchira. Mucho más en el gesto de la historia, en la tradición oral y en
espacio criollo que se convierte en un secreto de nuestro Criollismo
(folklorismo). Entonces. En mis 300 exposiciones de arte. Por Venezuela,
Colombia, España, Francia, Italia, Cuba. Dirigí los diseños del La Revista Anuario
del Liceo Militar Jáuregui durante 32 años. He ilustrado Libros de
personalidades, revistas. Hicimos el periodista Hugo Colmenares, Hugo Rangel y
mi persona la creación de la Revista Literaria Cimarronera. Dirigí la Revista Gritos de
América. Funde la Revista
de la Sociedad
Bolivariana de La Grita.
He pintado mis murales en grandes lugares de la Patria desde el Palacio de
Miraflores, La
Academia Militar de Venezuela. La Casa del Congreso de
Angostura en Ciudad Bolívar. El Museo de Pamplona. En Colombia, El Salón Petit
Palais de Paris, el centro Latinoamericano de Madrid, El Museo Fundación Miró
de Barcelona España. Habiendo idealizado durante 30 años la idea de Bolívar
Pensamiento de América. En mis encuentros a la dignidad de mi hermoso Pueblo,
donde he ido contando las vivencias que del alma existen en mis libros y en mis
apuntes. Un día 9 de abril de año 2004.
El entonces Alcalde de la
Ciudad D. Macario Sandoval. Me nombro
Cronista del Municipio
Jáuregui. AD HONOREN. Causó en mi risa. Quizás una anedocta. Mucha risa.
Habían pasado muchos años. Pensé ese momento en Jorge Luís Borges el Poeta
Argentino, cuando Fue Nombrado Cronista de Buenos Aires. Medité mucho. Y ahora
soy con honor Miembro de La
Academia de la
Historia del Táchira y de la Academia de la Historia del Norte de Santander.
Además miembro de la Sociedad Bolivariana
de New York. Entre mis muchos certificados y reconocimientos.
Pero en lo sublime es escribirle a mi Grita con el alma.
Sentirla y defenderla como todos debemos hacerle, porque es una de las ciudades
mas hermosas de los andes y guarda en su vientre una rica historia y cultura.
En nombre Dios a mis maestros que se
fueron y están presentes en mi corazón. A mis amigos. A cada uno de los
artistas de nuestra patria, toda una devoción. A los jóvenes la voluntad de
permanecer y hacerse importantes dentro de su ser. Y poseer la verdad como meta
mayor. A mi familia, los sentimientos del corazón. Al Táchira tan augusto y tan
hacedor de revoluciones, por que a través de su historia se distingue en los
sentidos de sus hijos y en las voluntades de su dignidad. A todos con esta
hermandad de artista. De llevarnos en el alma todos los sublimes actos de una
labor y saber que un día nos llamen por siempre los vexilarios de la libertad.
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